Today, leaders from major donor governments are meeting to discuss support for, and responses to, the Venezuelan humanitarian crisis. To date, the crisis has been massively underfunded. Donors should step up support for regional integration efforts.
More than 5.5 million Venezuelans have fled socio-economic and institutional collapse, high levels of insecurity, human rights violations, and political persecution at home. It is one of the largest displacement situations in the world, second only to Syria.
Host countries are struggling to welcome and integrate Venezuelan refugees and migrants. Many Venezuelans have few options for regularization and increased integration. In addition, the pandemic has exacerbated vulnerabilities and increased poverty among locals and Venezuelans alike.
Today, the Canadian government is hosting the International Donors’ Conference in Solidarity with Venezuelan Refugees and Migrants. It aims to raise US$1.44 billion for the 2021 plan. To date, only 6 percent of this has been funded. Donors should not only increase their contributions, but also allocate more funds to bolster integration efforts.
Líderes gubernamentales de los países que más donan se reúnen hoy para discutir el apoyo y la respuestas a la crisis humanitaria venezolana. Hasta la fecha, esta crisis ha sufrido una enorme falta de financiación. Los donantes deberían aumentar su apoyo a los esfuerzos de integración regional.
Mas de 5,5 millones de venezolanos han huido de los altos niveles de inseguridad y persecución política, de las violaciones de derechos humanos y del colapso socio económico e institucional que viven en su país. Esta es una de las mayores migraciones en el mundo, solo por detrás de Siria.
Los países receptores están teniendo dificultades para acoger e integrar a los refugiados y migrantes venezolanos. Muchos venezolanos tienen pocas opciones para regularizar su situación migratoria y lograr integrarse. Además, la pandemia ha aumentado la vulnerabilidad de los venezolanos y los niveles de pobreza tanto de los ciudadanos locales como de los migrantes venezolanos.
Hoy, el gobierno canadiense celebra la Conferencia Internacional de Donantes en Solidaridad con los Refugiados y Migrantes Venezolanos (International Donors’ Conference in Solidarity with Venezuelan Refugees and Migrants). Su objetivo es recaudar 1.440 millones de dólares para el plan de 2021. Hasta la fecha, sólo se ha financiado el 6%. Los donantes no sólo deberían aumentar sus contribuciones, sino también destinar más fondos a reforzar los esfuerzos de integración.
Esto no se trata sólo de hacer lo correcto, sino también de hacer lo que es más inteligente. Tal y como sostiene nuestra iniciativa #LetThemWork (“Déjenles Trabajar”, en español), fomentar la inclusión económica de los venezolanos les permitirá ser más autosuficientes, reduciendo su vulnerabilidad, favoreciendo la recuperación tras la crisis del COVID-19 de sus países de acogida y rebajando la necesidad de apoyo de los donantes.
También generaría una amplia gama de beneficios para los países receptores. Si los venezolanos pueden trabajar, obtendrán mayores ingresos, pagarán más impuestos, contribuirán con sus habilidades y conocimientos a las empresas para las que trabajan, abrirán negocios y contratarán a personas locales. Nuestros estudios estiman que, sólo en Colombia, la integración de los migrantes venezolanos podría generar un aumento del PIB de mil millones de dólares al año.
Los donantes deben comprometerse a pasar de financiar exclusivamente la asistencia humanitaria a corto plazo a tener una respuesta en materia de desarrollo más sostenible a medio y largo plazo cuyo núcleo sea la integración económica. Los donantes deben facilitar los programas de largo plazo y los esfuerzos para reconocer las habilidades de los migrantes. Estos programas, como el enfoque de “graduación”, apoyan la integración en el mercado laboral. Además, los donantes deben mantener un gran enfoque en promover la creación de empleo y la reducción de la xenofobia. Estas contribuciones deberían darse en forma de compromisos por múltiples años, dando prioridad a los países que, como Colombia, han aplicado medidas para regularizar a los venezolanos.
Este enfoque permitirá que los venezolanos puedan mantenerse a sí mismos, logrando su propia subsistencia económica y la de sus países de acogida, lo que, al mismo tiempo, mejora la sostenibilidad de la respuesta.
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